¡Y por fin el día ha llegado! Caras conocidas y no tan conocidas son las que nos hemos encontrado en el encuentro. Un día más esperado que un bocadillo de chistorra.
Una miscelánea de sensaciones nos ha inundado tanto a acampados, familiares y monitores. El viaje ha sido largo, pero como todo lo bueno, merece la pena para dar paso a todos esos momentos que nos esperan en estos 15 días.
La llegada al albergue ha sido emocionante, la hemos cogido con ganas y pilas extra. Un año más Calpe se ha convertido en el reencuentro de muchas sensaciones y, lo mejor de todo, las muuuchas que quedan por sacar y compartir.
Una vez dejadas las pertenencias en las habitaciones, hemos ido todos al circulo para comenzar con las presentaciones. ¡Qué nervios! Todos estaban muy expectantes y las sonrisas cómplices ya empezaban a salir.
Tras este primer contacto, tocaba el siguiente, el más refrescante con el que todos soñábamos y nos daba fuerzas en las horas del autobús, ¡el primer baño en la piscina! Corrimos a quitarnos la ropa, preparar los bañadores, y ¡¡¡al agua patocampados!!!
El día continuó con la deliciosa cena del mejor chef de Alicante, ¡a llenar el estomago se dijo! Todo esto para coger energía e ir a la playa a hacer las primeras actividades en pequeños grupos y con nuestros respectivos monitores. Aquí fue cuando se conocieron mejor e interaccionaron más entre ellos.
Acto seguido una reparadora cama les esperaba para soñar con un día que nunca olvidarán.
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